Si nos vamos a la etimología de la palabra “Mind” significa mente y “fullness” traduce plenitud o llenura, pero Mindfulness no es tener la mente llena o plena. Esta palabra fue acuñada en occidente para dar nombre a un estado de consciencia nuevo para aquellos buscadores que, cuando llegaron con los maestros orientales como los Hindúes con el Yoga, los Japoneses Con el Zen aunque se originó en china, Los Chinos con el Tao y Budismo en sus diferentes ramas. Se encontraron con que la base de su enseñanza era vaciar la mente de todos los juicios y preceptos, dogmas y paradigmas que solo hacen que se vuelva un caos de pensamientos luchando entre sí en una batalla sin fin, para tomar el control de tu atención, cuando conoces el verdadero vacío y tu mente cesa ese conflicto interno casi ininterrumpido que conoces desde la juventud das paso a una nueva cualidad de tu ser, La Consciencia.

 La Consciencia sólo puede manifestarse en esos momentos efímeros cuando pausas el conflicto entre pensamientos, y tu mente se alinea tocando lo intemporal “El Presente”, todo lo que puedas tocar con tu mente en este fugaz estado de consciencia deja de ser solo información y datos, se convierte en conocimiento, experiencia y sabiduría.

Entonces podemos decir que Mindfulness significa estar en el presente con una mente fresca y relajada dejando a un lado las críticas y los juicios observando de una manera compasiva, volviéndote así no solo en el que ve o el que hace, sino en la misma observación, en la acción en sí misma. “En el principio era el verbo, y el verbo era con Dios, y el verbo era Dios” – Juan 1:1. ¿Simples coincidencias? no lo creo.

En el Zen esto se vuelve la base de toda la práctica, si estás caminando solo caminas y toda tu atención se centra en eso, cesa todo pensamiento que no esté relacionado con ese caminar, si se come igual, bebiendo agua igual y de esta manera comienzas a vivir de una forma más fresca en el momento presente sin resistencia y consciente, ya no reaccionando con la crítica y los juicios entre lo que está mal y lo que no, entre lo que te gusta y disgusta, pues solo existe lo que es. De esta modo también ganamos una nueva forma de usar nuestra mente y cuando se nos presenta alguna situación que amerite tomar una decisión, planificar estrategias, etc. la fuerza y energía que está canaliza es mucho mayor que cuando tenemos una guerra incesante de pensamientos, dejándonos tomar así las mejores decisiones  o expresar una fabulosa creatividad para resolver cualquier situación que se nos propongamos.

Así podemos encontrar que la mejor traducción para la palabra Mindfulness sería CONSCIENCIA PLENA.

¿Y cómo podemos relacionar el ejercicio físico con este estado de conciencia?

En el momento que realizamos alguna actividad física, entrenamiento o deporte tenemos una gran oportunidad de cultivar está habilidad innata del ser, que nuestro estilo de vida nos ha arrebatado. Con solo prestar toda nuestra atención a la actividad que ejecutamos tomando en cuenta detalles como; la respiración, técnica del ejercicio, posición del cuerpo, sensación de fatiga, las pulsaciones de tu corazón, en pocas palabras ¡SIENTE! lo que está sucediendo en ese preciso momento y aleja cualquier agente distractor como teléfono móvil e inclusive entrena sin música para que el enfoque sea total. 

Con el pasar de los días y la práctica frecuente la conexión con tu cuerpo se irá haciendo cada vez más y más fuerte, sirviéndote luego como una herramienta de anclaje al presente, como portal directo a ese espacio intemporal llamado dónde la mente se relaja, cesan los pensamientos y la consciencia toma el control de tu existencia.

Práctica lo siguiente:

Running: cuando salgas a correr o caminar sincroniza tu respiración con los pasos que das, por ejemplo inhala en tres pasos y exhala en los siguiente tres pasos, esto además de mantenerte en el presente aportará un gran beneficio en tu desempeño y rendimiento deportivo ya que serás más eficiente en distribuir el oxígeno a tus células ayudándote a llevar mejor ritmo de carrera y mantener ese ritmo por mas tiempo, ademas de esto puedes practicar sintiendo la presión de tus pies contra el suelo, trata de sentir tus pulsaciones, siente el viento, la temperatura y cualquier sensación corporal que se manifieste.

Ejercicios de fuerza: cuando estés en tu rutina de ejercicios igualmente trata de sincronizar tu respiración con la ejecución del ejercicio por ejemplo en una sentadilla, inhala cuando flexiones las piernas y exhala cuando las extiendas, en esto la velocidad puede variar dependiendo del objetivo del entrenamiento, trata también de sentir la fuerza que ejerce el musculo, tu frecuencia cardíaca, el nivel de fatiga o la posición de tu cuerpo.

Tomando consciencia del momento cuando estás entrenando, tienes la herramienta perfecta para reducir enormemente la probabilidad de lastimarte, y es mas fácil que vayas sintiendo las ganancias de fuerza y resistencia al transcurrir cada sesión de entrenamiento ya que con la práctica será mucho más aguda tu habilidad para sentir los cambios en tu cuerpo. 

Te invito a poner en práctica estos simples consejos y después de realizar unas ocho o diez sesiones de entrenamiento vuelve y dime si sientes alguna diferencia y como has mejorado en tu práctica diaria. Para mi fue algo que cambió mi vida por completo.